[15 de noviembre 2022]


Gemma Arenas: De las carreras populares a élite en Trail Running


Por: Vicente Capitán


La manchega Gemma Arenas acaba de cosechar, a sus 43 años, el mayor logro de su carrera deportiva: la medalla de bronce individual en los Mundiales de Trail Running. Pero Gemma no es novata en los podios mundialistas. Acumula en su haber cinco medallas por equipos, incluyendo la plata de este 2022. Compagina la distancia ultra con buenas actuaciones como corredora de maratón en ruta, es entrenada por su marido, Agustín Luján, y es madre de dos niños.

La historia de Gemma Arenas como deportista es cuanto menos, singular. La atleta de Almagro, en plena comarca de Calatrava, Ciudad Real, se ha hecho corredora de montaña en una zona, eminentemente llana, lejos de los perfiles exigentes a los que somete a su cuerpo muchos fines de semana al año. Lo admirable es, cómo ha ido adaptando su rendimiento físico al máximo nivel, sobre kilometrajes y terrenos que no frecuenta.

"Empecé con el deporte en el colegio de mi pueblo, cuando nos llevaban a hacer campo a través los sábados, hacíamos un entrenamiento el viernes y a correr el sábado, sin más. Íbamos a Puertollano, Alcázar de San Juan, los pueblos de al lado. Pero dejé de estudiar muy pronto y me puse a trabajar, y entonces dejé de hacer deporte completamente".

"Conocí a mi marido muy joven y él era ciclista, y cuando dejó de competir en bici se enganchó a las carreras poco a poco. Decidió preparar el Medio Maratón de Madrid y fui a verle y allí, al vivir el ambiente me quedé enganchada y me dije que al año siguiente la correría yo, y así fue. Hablamos de los años 2004/2005. Para ello entrenaba poquito, un par de días a la semana, tres como mucho. Corríamos juntos, unos 40 minutos, unos ocho kilómetros y ya está. Y así nos presentamos al año siguiente y acabé en 1h58. Me lo pasé muy bien, recuerdo que tuve que parar e ir al baño a una gasolinera en plena carrera… me gustó lo que viví. A partir de entonces empecé a entrenar un poquito más y competía las media maratones de Almagro y Alcázar de San Juan… Los ritmos eran bajos y mi cuerpo respondía muy bien. Cuando empecé a correr mejor acababa en 1h33, 1h34. No llevábamos ni siquiera ropa específica para ello, camisetas de algodón y cosas así".

Inicios en el circuito provincial de carreras populares
Gemma fue quemando etapas como corredora primeriza muy poco a poco y en 2007 vio cómo se creaba en su región un circuito provincial de carreras populares. Ella no participó, pero aquello la llevó a meterse poco a poco en carreras de 10 km. En 2008 y ya casada con Agustín, compitió varias de estas carreras mezclando distancias y llego incluso a ganar algunas de estas pruebas. Todo ello hasta 2010, cuando se quedó embarazada y en 2011 tuvo a Lucas, su primer hijo. "En ese momento decidimos cambiar la forma de entrenar, porque al tener las obligaciones con mi hijo, decidimos dedicar menos tiempo a los entrenamientos, pero de forma más seria, más organizada".

Gemma, entre tanto, había debutado como maratoniana en ruta en Barcelona 2008, "y lo disfruté muchísimo, porque acabé en 3h23, pero muy entera, era muy curioso lo que la gente nos decía del muro del 30 y esas cosas y, como íbamos bien y reservando, en la segunda media maratón debimos pasar a casi 1.000 personas. Luego hice ese año también Ciudad Real en octubre. Al año siguiente corrí también en San Sebastián y en 2010 fui al Maratón de Sevilla y poco después dejé de competir al estar embarazada. La mejor marca hasta el momento eran los 2h57 en San Sebastián que fui cuarta de la general".

Cuando su hijo Lucas cumplió un año, llegó el momento de una nueva aventura maratoniana para Gemma, en este caso en Málaga y allí mejoró su marca hasta 2h56 y ganó la carrera. "Ya desde ese momento siempre corrí por debajo de tres horas y seguí compaginando las carreras populares de 10km, alguna media maratón y maratones. Yo seguía entrenando con Agustín, a veces íbamos juntos, alguna vez con amigos, pero la mayoría de veces sola o con mi marido" En 2012 Gemma se queda embarazada de su segundo hijo, en este caso una niña que se llama Nora y que nace en otoño de 2013. Arenas empieza a entrenar tras el parto, por cesárea, y acumuló sin problemas algunos entrenamientos y se presentó en Málaga de nuevo, para acabar tercera en meta, tras dos atletas etíopes, con 2h57 y apenas un mes y medio de entrenamientos. "Y justo ese año, cuando yo estaba embarazada, Agustín iba a competir los 101 km de Ronda, en duatlón y yo fui a verle. Me quedé impresionada del ambiente, algo parecido a lo que había vivido cuando le fui a ver a su primera media maratón y ahí me dije que esa carrera la tenía que ir a correr el año siguiente, y así fue. Aquella fue mi primera carrera en montaña, en mayo me presenté en Ronda y gané la carrera a pie de los 101 km. No hicimos nada específico, corría normalmente tres días por semana, alguna vez cuatro, trabajaba, me dedicaba a los niños y así preparaba las carreras. Tampoco hacía tiradas muy largas, recuerdo una vez que fui a un 10 km a otro pueblo y me volví después corriendo a casa para acumular más kilómetros y cosas así".

La clave, haber ido acumulando entrenamientos muy poco a poco
Aquí hacemos un paréntesis con nuestra flamante medallista, para preguntar a su técnico titulado, a la par que marido, Agustín Luján, que nos escucha al otro lado del teléfono. La cuestión es cómo ha visto la adaptación de Gemma a distancias largas, que no preparaba y además el añadido de los desniveles cuando se introdujo en el Trail Running. "Creo que hemos ido entrenando muy poco a poco, quemando etapas sin prisas y de hecho hemos empezado a hacer series hace pocos años. Nosotros no hemos parado de sumar, pero siempre en progresión. Lo que sí veía es que ella, cuando por ejemplo hicimos la primera maratón, era capaz de mantener ritmos altos y no le afectaba nada a nivel muscular, como al resto de nosotros, y cuando nos introdujimos en la montaña lo mismo. Un ejemplo, ella corría un maratón y esa misma tarde era capaz de darse un paseo con tacones y empujando el carrito de los niños, cuando casi todos vamos cojeando, con las piernas rígidas… eso sí que lo observé desde el primer momento".

Por ello y con estas premisas, Gemma ha ido añadiendo elementos como la fuerza, los entrenos de más intensidad, etc, de forma tardía y aquí está la explicación de que a sus 43 años esté en plena madurez deportiva.

Fácil adaptación a la montaña, las largas distancias y… campeona de España
Su siguiente competición montañera, tras el éxito de Ronda, fue en los 42 km de Jarapalos, a la que acudió con un grupo de amigos de su tierra. Gemma volvió a ganar, ante la atenta mirada, por ejemplo, del seleccionador de Andalucía, que puso en valor su potencial, "que te ficho, que te ficho, me decía en un punto intermedio de carrera, cuando me vio aparecer destacada", nos cuenta Arenas, que reconoce "que no tenía muchos problemas con los desniveles, aunque allí me pegué un buen porrazo, porque no estaba acostumbrada a bajar". Arenas empezó a vincularse a un club andaluz relacionado con las carreras de montaña y como federada en atletismo seguía haciendo sus competiciones en ruta como atleta independiente porque así no tenía compromisos con carreras de clubes, campeonatos oficiales, etc.

"En 2015 ya se hizo el primer Mundial de Trail Running al que fue la RFEA y al año siguiente, como ya lo sabía, me presenté antes al campeonato de España, que gané, en Villaflor de Chasna (Murcia) y aunque no era larga distancia, fueron 43 km y me gané mi plaza para el Mundial del 2016. De aquel primer campeonato de España recuerdo una dura lucha con Azara García de los Salmones y al final la pude vencer, y estuve muy orgullosa por ganar".

Por aquel entonces, el entorno de Almagro seguía siendo su lugar habitual de entrenamiento con el recorrido más duro de 11 km de distancia y poco más de 200 metros de desnivel, y lo que empezaron a hacer, como nos cuenta Agustín, es irse fines de semana a la Sierra de Malagón, a 50 km de casa, donde ya hay cotas más altas, pueden acumular casi 400 metros de desnivel positivo, y además empezaron a buscar competiciones con perfiles exigentes, para así irse familiarizando con ellos "las usábamos como entrenamientos específicos, y así trabajábamos otros terrenos, y aún hoy lo seguimos haciendo".

Primera de las cinco medallas con la selección española, en 2016
El Mundial de 2016 en Genes (Portugal) le fue muy bien a Gemma que acabó quinta en meta, y con la medalla de plata por equipos. Pero no se olvidaron de la ruta, en la que un maratón en ruta les aguardaba cada temporada aparte de competiciones de media maratón y algún 10k. De hecho, siguió mejorando marcas años sucesivos, alcanzando su cima en 2019, cuando en Ciudad Real fue en solitario toda la carrera, para ser campeona de España absoluta de maratón con 2h42, su marca personal hasta la fecha.

En 2017 Gemma siguió sumando medallas, el bronce por equipos en Italia y un año más tarde llegó el mundial en casa, en Penyagolosa. "Lo disfrutamos muchísimo, era el objetivo de aquel año y nos llevamos el oro por equipos encima siendo segunda Laia Cañes, cuarta yo y quinta Maite Mayora. Esa carrera no la olvidaré nunca, conozco bien el terreno y hasta este Mundial de Tailandia considero que era mi mejor carrera".

En 2019 nuestra protagonista volvió a añadir una medalla de plata en el Mundial de Portugal en junio, haciendo además un buen séptimo puesto en meta. Gemma recuperó fuerzas después y se preparó para hacer un maratón en ruta, el del campeonato de España en Ciudad Real que ganó y nos señala que "me habría encantado ir al Mundial de Argentina, el que se hizo en noviembre en Argentina (aquel 2019 hubo dos Mundiales como vemos) pero no me llamaron para ello, y no me sentó bien, lo tengo que decir. Luego me explicaron que como estaba más centrada en los ultras y esa carrera era distancia maratón, pero yo estaba para correr bien como se demostró con la marca que hice en los 42,195 km de Ciudad Real".

Tras aquella desilusión que resalta la de Almagro, llegó el parón por la pandemia y posteriormente, volvió a retomar la actividad con entusiasmo y buenos resultados. Y para este 2022 sí que contactaron con ella para el Europeo Off Road de La Palma "pero ya era tarde, porque tenía el compromiso con una Ultra en Tenerife y quise cumplir con ello y correr allí era incompatible con ir a El Paso y me centré para preparar bien el Mundial de Tailandia y así ha sido. Me confirmaron que iba y hemos podido prepararlo bien desde septiembre".

Arenas había ido acumulando un historial importante al margen de sus actuaciones en los Mundiales, como ser campeona de la Copa Skyrunning, ganar en Ultra Pirineu, Madeira, ser segunda en la Buff Epic, reconoce que no se defiende mal en terrenos muy técnicos, pese a que los medios que tiene mano para mejorar este aspecto no son los idóneos.

La buena adaptación a la humedad en Tailandia
Respecto a la temida humedad de Tailandia "no sabía cómo lo iba a afrontar porque está claro que el calor que yo tengo en La Mancha es un calor totalmente seco, pero bueno, me adapté bien. Al llegar allí tras el largo viaje sobre todo puede descansar y considero muy importante que un día pude ver los últimos 20km de nuestra carrera con Maite Mayora, y aquello me ayudó mucho el día de la competición. Me hidraté mucho los días antes de competir y la humedad no me afectó como a otras personas. Ya en carrera, fue todo según lo previsto, salí cauta, reservando y al principio iba sobre el décimo puesto, luego empecé a progresar y hacia el km 45 me quedé en esos puestos de podio. Me veía fuerte y lo peleé a tope para mantener el puesto. Es cierto que a priori el podio era muy complicado porque había muchos nombres, para empezar por mis compañeras en el equipo español, pero es verdad que yo llegaba muy bien, y Agustín me decía que lo podía hacer muy bien. La parte final fue muy emocionante para mí y creo que fue clave en el avituallamiento del km 66, allí estaban los técnicos de la RFEA, recuerdo que vi a Juanma Molina, Rafa Flores, Andrés Arroyo, el fisio Albert y me dijeron que sacaba seis minutos y me empezaron a cantar 'medalla, medalla…' Un poco más adelante, Juan Carlos Granado también me dio referencias porque le llegaba información por walkie y yo ahí estuve segura de que no se me escaparía porque iba bien. Los últimos metros en llano fui muy emocionada, el corazón me iba a mil y no tengo palabras para explicar esa sensación", nos cuenta muy satisfecha la única atleta española del Trail Running que ha puntuado en todas las medallas por equipos en las que ha estado (cinco hasta la fecha).

Gemma y Agustín saben que el atletismo les ha reservado lo mejor para esta edad ya veterana, pero saben igualmente que aún pueden mejorar por no haber quemado etapas. "Cuando llegue el momento de que este estado de forma pase, pues volveré a correr más en el mundo popular, como hacía hasta hace poco. Ahora lo que quiero es disfrutar las experiencias tan intensas que estoy viviendo".

Arenas continúa con su trabajo en una empresa de transformadores y no piensa dejar de hacerlo pese a la medalla de bronce, que evidentemente genera una beca económica importante para ella. "Mi empresa es Torytrans y siempre me han apoyado en mi actividad deportiva, trabajamos mucho para el extranjero y para toda España, y me jefe está muy orgulloso de lo que voy consiguiendo. Ahora me toca descansar y a pensar en el calendario de 2023. En principio nos gustaría estar en el campeonato de España Ultra de El Paso y luego en el Mundial de Innsbruck".